Debido a los cambios que ha conllevado la Pandemia, en consecuencia ¿Cuál será el futuro de la Belleza y los nuevos hábitos del consumidor?
03/03/2021Elixirs que perfeccionan tu rutina cosmética
13/10/2022Para Mónica Rangel, farmacéutica experta en cosmética, analista clínico y alma mater de Codes ID Cosmetics, la bruma es la gran olvidada de la rutina de belleza, “no solemos aplicarlo para humedecer la piel (antes de aplicar productos de limpieza facial), sino que recurrimos al agua de grifo. Sin embargo, algunas personas con piel sensible o con rosácea y dermatitis, sí que están concienciadas a usarlas como primer paso para humedecer la piel y luego para aclarar”.
Y es que las brumas son una de las mejores aliadas de las personas con piel sensible, “como suelen provenir de aguas de manantial o aguas termales, tienen propiedades minero medicinales para piel más frágil, como la de los bebés, es decir, van enriquecidas con minerales y oligoelementos que la piel necesita y capaces de penetrar en capas más profundas y ese aporte ayudará a reparar el “manto ácido” una capa que cubre las capas más superficiales de la piel, por ende, calma e hidrata”, explica Mónica Rangel de Codes ID Cosmetics
Según esta experta, lo ideal es aplicarla después del tónico y esperar a que se seque tras su uso para aplicar el resto de productos.
Pieles sensibles, situaciones de deshidratación o el uso de mascarillas: para qué es buena la bruma
La farmacéutica experta en cosmética, Mónica Rangel, nos explica que la bruma es un producto recomendado para todo tipo de pieles y, en especial, para las sensibles como una piel masculina recién afeitada o zonas corporales recién depiladas, piel reactiva con tendencia a la tirantez y enrojecimiento (como pieles con rosácea, acné o dermatitis atópica), piel bronceada o quemada: “en estos casos se puede utilizar como complemento cosmético al aftersun, debiendo de aplicarse primero la bruma”.
También se aconseja su uso en situaciones externas o condiciones ambientales que inducen a una rápida deshidratación de la piel. Como, por ejemplo, las producidas por una frecuente exfoliación química o física, la aplicación de cosméticos no idóneos o muy agresivos para la piel que resecan, el actual uso de mascarillas o en ambientes muy secos y calientes o fríos.
Una aplicación sin contacto, una de las claves de su éxito
“La ventaja de las brumas faciales en cuanto a formato reside, sobre todo, en la ausencia de contacto con la piel. Por un lado, es más higiénico y, por otro, evita posibles reacciones, presentes sobre todo en las pieles más reactivas o sensibles. Lo normal es que la bruma esté en los tónicos o esencias por ser fórmulas más líquidas. Al final, es un formato más cómodo y de menos impacto para la piel”, nos explica Estefanía Nieto, directora técnica de Omorovicza.
La bruma facial: un paso más en nuestra rutina de belleza
Para la experta de Codes ID Cosmetics, la bruma facial no debería ser considerada como un ‘accesorio cosmético’ o un producto estacional, “debería formar parte de nuestra rutina diaria sabiendo que aporta propiedades mineromedicinales a la piel (tienen una composición más del 90% es agua de manantial o termal), ayudando a su reparación e hidratación de las capas más superficiales. Algunas brumas faciales adicionalmente tienen activos botánicos y esto le confiere beneficios adicionales como: acción descongestiva y antiinflamatoria, gracias a activos botánicos como Agua de Rosas y de Azahar, Aguas florales de Almendro, Malva, Mimosa, Lirio Blanco, Eufrasia, Hipérico, Hammamelis…